La ballena Catalina y la red de pesca.
- Veronica
- 16 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 6 ago 2020
La ballena

Catalina vive en el fondo del canal Beagle con su familia, tiene amigos como los lobos marinos, pero le gusta jugar con Felipe, él es su preferido, y el pingüino Pingüino, los tres andan día y noche teniendo aventuras en el fondo del mar.
Les gusta jugar a las escondidas y su lugar preferido son los barcos hundidos donde puede cubrirse bien y pingüino nunca la encuentra, es que no ve muy bien; Felipe es más tramposo, el espía siempre que le toca contar y sabe que la ballena Catalina tiene que buscar lugares grandes para ocultarse.
Cuando juegan carreras usan todo el canal para andar y desde la ventana los podemos ver jugar, saltar y salpicar agua de aquí y de allá, cuando no hay tantos barcos molestando, ellos se ven más.
También inventan historias de piratas y doncellas, claro… ella es la doncella que debe ser rescatada, aunque en la vida real todos necesitan ayuda de todos
Un día Catalina despertó, desayuno, y fue a buscar a Felipe, ¡menos mal que fue insistente y lo busco todo el día!, resulta que el lobito Felipe estaba enredado en una red de pesca, esas que desprenden los barcos pesqueros, estaba tan enredado que solo no podía librarse, por supuesto la ballena Catalina no espero un segundo y comenzó a morder cuidadosamente la red para ayudarlo, era dura y de color verde, era un pedazo deshilachado pero lo suficientemente resistente y largo para atrapar al lobito Felipe, luego de morder y morder, tironear y tironear… así despacito, logro salvarlo, estaban contentos de haberlo logrado pero también se lamentaban de que su hogar este lleno de cosas que no sirven y pueden lastimarlos.
Ya cansados , se asomaron fuera del agua a mirar el sol, veían como el cielo se iba poniendo color naranja, rosado , lila y hasta rojo, ¡les encanta ver lo colores del atardecer!, saben que después, vienen las estrellas y todo se pone oscuro, pero de un oscuro hermoso y tranquilo, la noche les da paz… recorren nadando un poco más y se despiden para ir junto a sus familias a descansar, cada tanto un bostezo les recuerda que es hora de dormir para mañana aventurarse nuevamente en el fondo del mar.
Tal vez las gaviotas vengan a contarle alguna historia, esas historias que recorren km y km, de boca en boca, de montaña a montaña de bosque a bosque, de rio a rio, pero siempre llegan al mar.
Los animalitos hacen sonidos diferentes, pero a mí me parece que todos hablan el mismo idioma entre ellos, un idioma que no quieren que los humanos entendamos para que no sepamos sus secretos.
Pingüino hoy no estuvo con ellos, se quedó en una fiesta con el cangrejo Camilo!
En fin,… Catalina y Felipe se fueron a dormir, y mañana seguro los veremos nuevamente por la ventana del dormitorio al despertar…
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